Comentario
A principios del s. XX las únicas organizaciones femeninas existentes eran las formadas por mujeres católicas que se ocupaban de proyectos sociales. Más adelante, la Junta de Damas de la Unión Iberoamericana de Madrid se interesará por el feminismo, promoviendo algunas iniciativas para la educación de la mujer, como el Centro Iberoamericano de Cultura Popular Femenina de 1906.
Desde comienzos de siglo se multiplicaron también en España las voces y grupos que pedían el avance de las mujeres y sugerían cambios legislativos. Detallamos a continuación algunas iniciativas, que se desarrollan con más amplitud en anexos (se incluyen algunas biografías y varias Asociaciones e iniciativas del s. XX).
A finales del siglo XIX había surgido la Asociación para la Enseñanza de la Mujer (AEM) fundada por Fernando de Castro y algunos profesores de la ILE, que había fundado escuelas de Institutrices y Comercio, y desarrolló entre los años 1980/1900, la segunda etapa de expansión: nuevo local, revista propia, Asociación de institutrices y profesoras de comercio, nuevas carreras (Correos y Telégrafos, primera y Segunda Enseñanza, Escuela Preparatoria y de Párvulos, etc.). La tercera etapa es el siglo XX, y son años de consolidación de iniciativas similares en provincias, a partir de la experiencia de Madrid. Se inician estudios nuevos (delineantes, mecanógrafas, bachillerato, etc.), mientras decaen los de Institutrices. Sufren dificultades por la ideología de muchos profesores (ILE, Masonería, etc.), aunque reciben muchos apoyos oficiales y privados. Quizá su influencia mayor fue la labor de sus alumnas, como profesoras en otros centros, y las iniciativas legislativas que promovieron o apoyaron. En los años cincuenta sufren una crisis financiera que no permite continuar las carreras, aunque siga existiendo la AEM y organicen algunas actividades.
Surgen otros muchos proyectos educativos. La Institución teresiana del Padre Poveda desarrollará numerosas iniciativas para la educación de las mujeres en distintos niveles: elemental, magisterio, universitario, etc. Tambien promoverá residencias, concursos pedagógicos, congresos, etc. En el ámbito de la ILE nacerá la Residencia de Señoritas en 1915, el Instituto-Escuela de 2ª Enseñanza de 1918, el Instituto Internacional de 1910, etc. María de Maeztu estará presente en numerosas iniciativas educativas.
En la segunda década existían ya varios grupos feministas: La Asociación Nacional de Mujeres Españolas (ANME) de María Espinosa, de orientación reformista no radical (Centro); la Asociación Española de Mujeres Universitarias (AEMU), del ámbito ideológico de la Institución Libre de Enseñanza (ILE), que sustituyó a la Juventud Universitaria Femenina (JUF); la Unión de Mujeres Españolas (izquierda); o el Lyceum Club. Muchas mujeres catalanas o vascas formaban secciones en los partidos nacionalistas, para movilizar a las mujeres y apoyar sus proyectos políticos. También surgieron sindicatos católicos femeninos, para mejorar la situación de las obreras (promovidos por María de Echarri y María Doménech, etc.), y grupos de acción social y política como Acción Católica de la Mujer, que en tiempos de la Dictadura de Rivera tendrá más de 100.000 afiliadas.
El Consejo Supremo Feminista de España incluía cinco asociaciones feministas federadas: La Mujer del Porvenir y La Progresiva Femenina de Barcelona; la Liga para el Progreso de la Mujer y la Liga Concepción Arenal de Valencia, y la ANME. María Espinosa fue presidenta del Consejo, además de la ANME.
Algunas escritoras masonas españolas colaborarán en diversas causas feministas. Hildegart -masona "educada" de forma manipuladora por su madre -alto grado de la masonería, que finalmente la mató- fundó la "Liga de la Reforma sexual". Carmen de Burgos, "Colombine", promovió también la reforma sexual, el divorcio y el amor libre, y fundó la Logia "Amor". Clara Campoamor, miembro de la Logia Reivindicación, promoverá numerosas iniciativas, desde distintas Asociaciones y partidos.
En 1931 se consiguió el voto de las mujeres, que había enfrentado a Clara Campoamor y Victoria Kent. Tras la guerra civil, algunas feministas y otras mujeres que habían ocupado cargos en la etapa republicana, marcharon al exilio. Dentro del país, algunas escritoras continúan su actividad a favor de la mujer en la etapa franquista (María Campo Alange, Mercedes Formica, Soledad Ortega, etc.), mientras la Sección Femenina de la Falange desarrollaba iniciativas educativas para la instrucción básica de mujeres y la recuperación del folklore en numerosos pueblos, y el gobierno orientaba su política respecto a la mujer y la familia, de acuerdo con sus principios.
Los años cincuenta supondrán el despegue del país. En 1953 se producirá el fin del aislamiento internacional. Mercedes Formica impulsará la reforma del Código Civil de 1958, que suprimirá algunos capítulos lesivos para las casadas. Los años sesenta vivirán un cambio mayor: relevo generacional, fin de la autarquía, frecuentes contactos con el exterior a través de la emigración y el turismo, más presencia de mujeres en los distintos niveles educativos y profesiones, etc. La Ley de derechos políticos, profesionales y de trabajo de la mujer de 1961 suprimió algunas limitaciones.
La segunda oleada del feminismo radical de otros países de los años sesenta también llegará a España. Mujeres del Partido Comunista Español organizarán el Movimiento Democrático de Mujeres (MDM), en solidaridad con los presos y un feminismo todavía incipiente. Con el fin de asegurar la cobertura legal y una eficacia mayor en la movilización social, el MDM promovió, a partir de la experiencia en la de Madrid, la constitución de Asociaciones de amas de casa y hogar en distintos barrios y pueblos cercanos a la capital. La creación en 1972 de la Asociación castellana de Amas de Casa y Consumidores amplió el radio de acción.
También en el ámbito jurídico la actividad feminista continuaba desarrollándose. María Telo organizó en 1969 en Madrid el consejo anual de la Federación Internacional de Mujeres de carreras jurídicas, presentando una ponencia sobre la situación de las mujeres en el Código Civil. Este fue el germen de la Asociación Española de Mujeres Juristas, que nació en 1971 y promovió algunas reformas del derecho de familia.